19 mayo, 2006

Me he mudado

Hace años que abandoné Blogger y me mudé a un dominio propio y con Wordpress.

Por favor, entren a 40 Limones

AVISO: Este será el último post en el Vertedero. Lo mantendré activo como referencia, pero ya no publicaré nada nuevo acá. No sean mambruses y acompáñenme en mi Limonada, que ta bacano! :)

16 mayo, 2006

El precio de nuestra democracia

Lo pospuse varias veces. Casi cualquier cosa me resultaba más interesante. Me dediqué a retocar una fotografía del Hospital Francés de Santo Domingo, para cuya fundación estoy haciendo un website. Luego me puse a "matar" a Alabama2004 en el IBProBattle (¡lo cual fue muy divertido!). Después estuve chateando y revisando si podía cocinar algo. Finalmente, a las 4.30 de la tarde, motivado más por el instinto básico del hambre que por una sincera convicción de que tenía un deber que cumplir, salí de mi casa rumbo al Colegio Electoral 271A, en el Colegio Santa Bárbara.

Sabía lo que iba a hacer. Hacía días lo tenía pensado. Era un plan sencillo, inútil quizás y hasta tonto, pero muy serio e importante para mí. Al acercarme al Colegio Santa Bárbara me detuve a cierta distancia. Había una cantidad considerable de vehículos, y personas afuera conversando. Observé que tenían identificaciones de cartón, con los colores de los partidos principales. Las sonrisas de sus rostros parecían sugerir que estos rivales políticos estaban en franca camaradería. Recordé la leyenda que decía que luego de jurar que le iba a partir la madre a Relámpago Hernández, Jack Veneno se juntaba con su archienemigo en el Restaurante Vizcaya a cenar los jueves.

Pasé lentamente por el frente. Me detuve. No vi los letreros que antes ponían identificando todas las mesas de votación que albergaba el plantel. Un tipo con carnet del PRSD me preguntó con los ojos, dije 2-7-1-A y asintió con la cara. Nada más. Ahorrativo el chamaco. Estacioné mi auto algunos metros después, cerca de un moreno que recogía su reguero de naranjas exprimidas para marcharse. Instintivamente le miré el dedo buscando la mancha delatora. No la tenía. Era haitiano. Sus ojos vidriosos y su craneo achatado cubierto con una gorra que juraba ser color café, y el inconfundible acento del patois terminaron por confirmar la sospecha.

Una doña caminaba por la acera con su niño de unos 8 años. Tenía el dedo entintado, pero al parecer ya hacía tiempo que había votado. De todas formas, me quedé calculando cuántos niños hubieran pasado frente a un colegio electoral hace treinta años, hace veinte años, hace diez años. ¿Será que hemos avanzado? ¿Que han sido erradicadas las turbas robadoras de urnas? ¿Que ya no existen las bandas que con armas largas lanzaban ráfagas cerca de los grupos que hacían fila para votar? Parece que sí, parece que hemos avanzado en eso, al menos.

Al acercarme a la entrada caminé más despacio. El grupo de activistas hablaba de la apatía de la gente, de lo poco que valoraban el derecho al voto... del precio tan alto que tiene la democracia, y lo poco que la apreciaban quienes no habían acudido a la cita electoral.

Y esa fue la frase mágica del día. La que me acompañó el resto del recorrido, y la que aún me retumba en el pensamiento. "El precio de la democracia". Suena bien para un libro...

Me introduje en los pasillos del Colegio Santa Bárbara y un amable peledeísta me indicó dónde estaba la mesa 271A. Era una pequeña aula, mucho más pequeña que la que tuvo hace dos años. Entré y entregué mi cédula, me dieron mis votos y mientras aún la frase "el precio de la democracia" me rondaba la mente, me entregaron dos sábanas de colores, la A y la B. Pasé a mi caseta.

Primero tomé la boleta "B", que traía las sonrientes caras de Roberto Salcedo, Alfredo Pacheco, Jack Veneno, y algunas otras caras risueñas. El precio de la democracia, ¿no?

¿Cuánto gana un síndico? ¿Cuánto gana un vice-síndico? ¿Cuánto ganan los regidores? ¿Cuánto se le da de dieta, gastos de representación, exoneraciones? Dejémonos de pendejadas, la verdad detrás de todo esto es que estos cargos tienen "mucho calcio" para quienes lo ocupen, pues para que haya tantos "patriotas" que se quieren sacrificar por sus municipios, que quieren recoger basura, que procuran mejorar el ornato, que aspiran a organizar plazas y parques, sencillamente la compensación tiene que ser maravillosa.

Calculemos al ojo por ciento, deseando tener números más concretos. Digamos que un síndico gana unos 40mil pesos cada mes. Digamos que el vicesíndico devenga 30mil pesos mensuales. Además, estos cargos tienen gastos de dietas y representación. Digamos, siendo conservadores, que los tales equivalen a 10mil pesos cada mes. Pero no olvidemos a los regidores, que son tan nobles que devengan un salario honorífico (digamos que 5mil pesos), pero que en dietas y gastos representativos se meten unos 30mil pesos.

Y del circo de ayer saldrán electos 154 síndicos, 154 vicesíndicos, una cantidad que no conozco de regidores (digamos que 400 en total, siendo sumamente conservadores) y otra cantidad igual de suplentes (que como soy buena gente voy a pensar que NO cobran NADA a menos que suplanten a su regidor, el cual entonces NO cobraría por la labor en la que ha sido suplantado).

Ahora sumemos...

Síndicos:
(40mil pesos mensuales de salario + 10mil pesos mensuales de gastos y dietas) x 154 personas x 12+1 meses x 4 años = RD$320,320,000 (320 millones 320,000 pesos).

Vicesíndicos:
(30mil pesos mensuales de salario + 10mil pesos mensuales de gastos y dietas) x 154 personas x 12+1 meses x 4 años = RD$240,240,000 (240 millones 240, 000 pesos).

Regidores:
(5mil pesos mensuales de salario + 30mil pesos mensuales de gastos y dietas) x 400 personas x 12+1 meses x 4 años = RD$728,000,000 (728 millones de pesos).

Suplentes:
Quedamos que yo soy buena gente y asumo que estos individuos no cobran si no trabajan, como pasa cuando un profesor suplanta a otro en una clase, sólo se paga un monto, a la persona que impartió la docencia... Lo malo es que tengo el presentimiento de que las cosas no son así en el fondo... pero ni modo, sigamos...

Al sumar los montos totales por puesto, tenemos que el gobierno municipal, de acuerdo a mis estimaciones que son bastante inexactas (por lo que me he tirado a muerto), le cuesta a todos los municipios la nada desdeñable cifra de RD$1,288,560,000 (Mil doscientos ochentiocho millones, quinientos sesenta mil pesitos). Ah caray... y eso fue sólo con la boleta "B"...

Vamos a ver, ¿qué tenemos en la boleta "A"? Reinaldo, Johnny Jones y no sé quiénes más, pero hasta nuestro Osama Bin laden figuraba por ahí. Todos, por supuesto, con su sonrisa de reglamento. ¡Ufff, son tan lindos! ¡Parecen un anuncio de Colgate!

Tendremos 32 senadores y 178 diputados. Menos mal que estos no tienen vicesenadores ni suplentes de diputados. ¿Cuánto gana un senador? ¿y un diputado? Digamos que el senador devenga un salario de unos 65mil pesos mensuales mientras que el diputado se embolsilla 50mil. Y les dan dos exoneraciones de un millón de pesos (si no lo subieron), chofer, dieta y gastos de representación. Digamos que mensualmente esto representa unos 55mil pesos pesos más al senador, y 40mil pesos más al diputado.

¡Calculadora en mano!

Senadores:
(65mil pesos mensuales de salario + 55mil pesos mensuales de gastos y dietas) x 32 personas x 12+1 meses x 4 años = RD$199,680,000 (199 millones 680,000 pesos).

Diputados:
(50mil pesos mensuales de salario + 40mil pesos mensuales de gastos y dietas) x 178 personas x 12+1 meses x 4 años = RD$833,040,000 (833 millones 040, 000 pesos).

Entonces, el Congreso nos cuesta en total unos RD$1,032,720,000 (Mil treintidós millones, setecientos veintemil pesos). Y si sumamos esa cifra con la del gobierno municipal, tenemos que en salarios y gastos de representación, dietas, exoneraciones y demás linduras, unas 1400 personas se embolsillan la chiripa de RD$2,321,280,000 (vamos, le voy a ayudar a decirlo: Dosmil trescientos veintiún millones doscientos ochentamil pesos).

¿Terminamos? No, esperen... faltan un par de detalles...

¿Se imaginan cuánto costó el circo que vivimos ayer? Oh perdón... ¿Se imaginan cuánto costó el circo que hemos venido viviendo desde marzo de este año, con caravaneos, publicidad, compra de conciencias, impresos a todo color, mítines, discolights, y un sinfín de cosas que los 14mil y pico de aspirantes a patriotas, sus partidos, así como la Junta Central Electoral y los organismos de apoyo han quemado como pólvora? Según Participación Ciudadana, el precio de estas elecciones alcanza la cifra de RD$1,574,000,000 (mil quinientos setenta y cuatro millones de pesos).

Sumemos, ¡pero no se aprieten!

Quiere todo esto decir que APROXIMADAMENTE el costo de montar las elecciones, más los gastos en salarios y adicionales para los que resulten "condenados" a "sacrificarse por el país" ascenderá a RD$3,895,280,000 (¿ya cogió aire?: Tres mil ochocientos noventicinco millones doscientos ochentamil pesos).

Caramba, toda esa plata por un trabajo intenso de 24 horas al día, como proclama uno de los payasos sonrientes. ¿O no?

En cuanto al Congreso, una amiga que conoce de esas cosas me dice que las Legislaturas duran normalmente tres meses, a veces cuatro. Son dos legislaturas por año, y mientras están en ese período, los nobles y sacrificados congresistas sesionan una, dos y rara vez tres veces a la semana (dependiendo, claro está, de la agenda que tengan). Y me cuenta que cada sesión normalmente no pasa de cuatro horas.

Por supuesto, en ocasiones hay legislaturas extraordinarias, que suceden cuando el Presidente considera que hay cosas demasiado importantes que resolver y que no les ha dado tiempo. En esos casos, nuestros sacrificados y altruistas congresistas se ven obligados a trabajar mucho, a veces el día completo todos los días de la semana (caray, ¡como el resto de los mortales!).

Ah, pero estoy pecando de injusto, ¿verdad? Las sesiones en las cámaras congresuales son simplemente reuniones de trabajo en equipo. Todos estos nobles sujetos tienen sus oficinas, y en ellas se dedican a estudiar y trabajar de manera independiente para luego ir con sus investigaciones a la próxima sesión. Bueno, claro, esto es si sus negocios particulares, sus ONG's propias y sus "labores sociales" le permiten disponer de tiempo para ello.

A ver... ¿y en el plano municipal? Ah carajo, ¡verdad! Falta analizar lo mucho que trabajan los regidores, vicesíndicos y alcaldes. ¿Pero les digo algo? Creo que me he quedado pensando en la frase que titula este altísimamente largo post (creo que sin dudas es el más extenso que he escrito).

¡El Precio de Nuestra Democracia! Es un privilegio poder votar, sin duda alguna. La democracia participativa es y seguirá siendo el más puro sistema de gobierno aplicable a países como el nuestro.

Sin embargo, es una vergüenza tener que ver las caras de vividores y azarosos de los tutumpotes que vi en las dos sábanas que me dieron hoy. Por eso, al final de mis meditaciones, ejecuté mi plan original. Mis votos quedaron marcados así como ven en las imágenes de los lados.

Sé que es un desperdicio, sé que es una tontería... pero aunque sea un disparate, yo creo que mi manera de votar es una protesta con fundamentos. Estos números que he dibujado antes son benévolos (apuesto que el precio real es mucho mayor). Lo más interesante es que no me puse a calcular índices de eficiencia, procurando determinar cuántos proyectos de ley producen, cuándos aprueban, y de qué tipo de leyes se tratan. Me gustaría llegar al detalle de calcular cuánto dinero cuesta una Ley, cuánta plata cuesta un proyecto municipal, basándome en dividir los gastos (casi estoy por decir "donaciones") a los insignes patriotas que "ejercen" las labores legislativas en el Congreso y los Ayuntamientos.

Y más aún... sería interesante calcular cuánto cuesta la asistencia (o bien la inasistencia) a las sesiones de trabajo... Participación Ciudadana preparó unos reportes de asistencia de los congresistas para la segunda legislatura del 2005 y la primera del 2006 (link), ¡y les aseguro que son sumamente interesantes!

Pero volvamos a mi caseta de votación, en donde he estado pensando ya más tiempo del que aconsejan las costumbres electorales y empecé a notar miradas de los presentes. Así que después de poner mi mensaje (que estoy seguro que todos se dieron cuenta de que yo estaba escribiendo algo porque el marcador sonaba y los mensajes eran mucho más largos que la simple "x" que esperaban que pusiera sobre algunas caras), doblé mis dos boletas, y las eché contento en las urnas. Entinté mi dedo, firmé el acta y recogí mi cédula.

Salí del Santa Bárbara con la satisfacción --MUY REAL-- de haber cumplido con mi deber. Al llegar a mi auto, el haitiano aún recogía sus bagazos. Como tenía un poco de jugo, le compré un vaso grande y entonces me fui a almorzar. Vainas mías, pero me siento orgulloso de mi voto.

15 mayo, 2006

Yo nací en Santo Domingo



Este es un vídeo del grupo Los Candidatos. Gracias a Natacha Guzmán que me lo envió por correo. Muy apropiado el mensaje previo a asistir a otro circo electoral y ver en unos papeles de colores las hipocritas sonrisas de un grupito de vividores.

En este Santo Domingo, sufrido y vilipendiado, nací yo hace casi 38 años. Cuando regreso mi memoria a mis primigenios recuerdos, ya la luz se iba, existían los buscones, la ciudad era un caos y los políticos de entonces (algunos aún sobreviven) ya nos cogían de pendejos. No mucho ha cambiado en el fondo.

Por eso, mi voto mañana será un poema. Es una pena que no podré compartirlo con más personas.

El ojo del huracán

El país es un infierno. Mientras el sol calienta las cabezas de miles de conductores, se enervan los ánimos y Doña Imprudencia junto con sus canchanchanas Doña Desconsideración y Doña Insolencia campean por todas las esquinas, como demonios medievales, encontrando casa en las almas de todos los conductores que se esfuerzan vehementemente por guiar sus autos por encima de todos y adornando sus acciones con los más enconados epítetos que le dicta Doña Vagabundería desde un rincón.

La ciudad es un infierno. Al sancocho de hierro de colores y hedor de gasolina adulterada que se quema sin remedio perfumando la escena del párrafo anterior, se suma la irracional e irreverente comparsa de charlatanes que se agrupan como manada de imbéciles en cualquier esquina armados con banderas, gorras, camisetas y escoltados por una monstruosa "Disco-Light" que no cesa de vomitar estiércol sonoro a toda potencia, contaminando a sus zánganos alrededor y a todo el infeliz que, imposibilidado de hacer nada más, tiene que tragarse la dosis procurando apurar el paso, para lo cual recurre nuevamente y como si falta le hiciera, a las demonias de la Cofradía de la Poca Civilidad que ya azuzaban sus ánimos antes.

Mi casa es un infierno. Ha sido invadida por la porquería de todos estos turpenes. Es una sucursal en miniatura del Hades, desdibujando la imagen del Sueño Americano con su "Home Sweet Home" para en su lugar colocar propaganda del infierno, donde los diablos de la mentira nos juran por Doña Tatica la mamá de Jack Veneno (quien ahora es un demonio también) que los que quedan se van, que los que están no hacen nada, que los que hace tiempo no están deberían volver porque saben hacerlo mejor. Bombardeo inmisericorde. Implacable. Y podríamos empapelar una casa con toda la mierda política que nos llega en la prensa, y sobraría para hacer una fogata... sí, qué lindo sería! Hacer una fogata y cocinar a todos estos hijos de su maldita madre que han gastado tal millonada en nada. En hacer nada. En quemar papeletas para nada.

Mi televisor es un infierno, y no hay manera de ver 10 minutos de ningún canal sin que aparezca un patético payaso abrazando viejas y cargando niños pobres, caminando por calles que jamás conocieron, saludando a un grupo de infelices que cegados por doscientos pesos y una gorra con su maldita cara le hacen coro y brincan y saltan y patalean, y juran que ya sí les llegó la salvación, que ahora sí van a hacer algo por ellos... Y el circo se repite todo el tiempo, cambian el jacho por la estrella y luego por el gallo, y hasta un toro que muestra orgulloso sus cojones entra al ruedo. Cambian los colores como un caleidoscopio de porquería, y se suceden unos con otros mientras abusan del arcoíris, mientras prostituyen el prisma que solía ser hermoso.

Mi vida es un infierno. No la he elegido yo, por supuesto. Es un infierno impuesto por este grupo de inconsecuentes que han vertido su podredumbre en mi ser por todos los sentidos que han podido. Lamentablemente todo a mi alrededor sí está sucio de basura política, y se me dificulta vivir sin comerme la mierda propagandística que el grupito de caras-de-culo que nos gobiernan o nos quieren gobernar propele con pasmosa profusidad. A mi alrededor todo está dañado.

No han llegado a mi alma, claro está. Aún la domino. Aún la conservo. Mi mente también es mía, no han podido embaucarla, no ha logrado dominarla. Mi conciencia sigue a mi lado, no la han comprado, no la he vendido. Mi memoria llega más allá de 2 años, más allá de 4 años, mi memoria sigue intacta y recuerda todos los episodios de prostitución ideológica que han escenificado el grupo de bocas-sucias que han cacareado tanto tiempo. Demasiado tiempo. ¡Qué pendejos somos! Estos imbéciles tienen meses cagando mierda política por todas partes (hasta por correo electrónico) y no nos detenemos a pensar en lo que eso cuesta. A estos amigos del dispendio le regalaron casi 600 millones de pesos y ellos hicieron como el dicho: "A lo que nada nos cuesta, hagámosle fiesta" y en cuestión de algunos meses hemos asistido a un espectáculo de quema de pólvora que sencillamente raya en lo vulgar.

¿Por qué, coño? ¿Por qué hay que darles cuartos a estos mojones para que gasten en cagadera? ¡No jodan, que busquen ellos mismos su dinero! Ah no, es que somos una Potencia Mundial, nos sobra el dinero, podemos gastarlo en esa bicoca.

Yeah, right. Tres meses de mierda política que cesó anoche.

Hoy no se irá la luz, porque es políticamente imprudente provocar apagones antes de las elecciones.

Hoy el tránsito es reducido, porque muchos añépidos se fueron a sus lugares natales a votar, y también muchos otros (más inteligentes) cuadraron un puente conveniente y han salido -huido- del jolgorio final. Y la ciudad está en Viernes Santo un lunes. ¡Bendita sea ella!

Hoy abriré los periódicos y los encontraré con ofertas de supermercados, con fotos de rebajar antes del verano, con mil y un celular barato, y cosas así. Lamentablemente los periódicos también traerán noticias (no hay felicidad completa), pero la descarga de toda esa mierda política hace que uno las soporte un poco más, sin tener que ver en cada página la maldita cara de un comemierda que sonríe y jura que hasta va a curar el pecho apretao.

Hoy encenderé la TV y podré ver programas de televisión sin que me salga un anormal abrazando una vieja para luego huir a su jeepeta a desinfectarse con Windex y perfumarse con su Chanel #666 y quedar oloroso otra vez, hasta la próxima vieja.

Hoy no encontraré ningún grupito de sin-oficios bandereando en las esquinas, bailando al ritmo de melodías abusivas compuestas para burlarse de los incautos.

Hoy...

¡Coño, ya caigo! ¡Estamos en medio del huracán! Esta es la paz y la tranquilidad que ocurre cuando el remolino de vientos pasa sobre nosotros y nos da esa sensación de alivio... Carajo, ¿no podemos hacer que dure una semana este día? Esta paz, efímera como casi todas, apenas durará hasta mañana. El miércoles (y según los pronósticos desde mañana mismo después del mediodía) volveremos a la misma vaina. Variarán algunas cosas, pero volveremos a comer mierda política. A embadurnarnos de la porquería que estos pendejos nos acostumbraron.

Disfrutaré este día deseando, aunque por una razón distinta, que se cumpla el bolero aquél que canta "Reloj, no marques las horas".

10 mayo, 2006

De repente

De repente en mi vida
tengo la mirada entristecida
No lo puedo evitar, no logro imaginar
que se apague tu canto de felicidad...

De repente, así como cantabas, te fuiste. Muerte previsible para quien tiene la sentencia mortal y grotesca del cáncer. Muerte esperada cuando se agotan las armas humanas en la lucha contra ese mal. Muerte, como siempre, epílogo de una vida, que a veces es de gloria, y otras veces no lo es tanto, pero que en tu canto se adivina que tu muerte es el triste colofón de una vida que pudo ser mejor. De una vida que quiso ser mejor. De una vida que ya era mejor que las zánganas vidas de tantos que la desperdiciamos a veces sin percatarnos que esta vida es un manantial que no es eterno, y que debiéramos vernos en el espejo de tu vida para apurar el paso y ver mejores frutos brotar en nuestro huerto antes que de repente tampoco estemos.

Y aunque a tu acta de defunción sólo le faltaba la fecha y la hora en que partías, y aunque ya quizás el sepulturero tenía húmeda la mezcla de cemento y cal para sellar la última habitación de tu sufrido cuerpo, y aunque ya muchos hubiésemos adelantado lágrimas ante el inminente desenlace... te fuiste De Repente, Soraya.

Ojalá que encuentres tus respuestas al otro lado del trayecto, ojalá que tu canto no duela tanto en medio de las cruces y sea, como siempre fue, un canto bonito, un canto de esperanza, un canto de paz y de alegría. No dudo que así sea, puesto que así viviste.

Aunque nos quedamos huérfanos de tus letras y melodías, sabemos que quizás más falta hacían en otro lugar. Hoy, el mundo es un poco más gris sin ti.

Que te vaya muy bien.

07 mayo, 2006

Impro madrugador

Si te fuiste al fondo del post para ver la hora a la que publiqué esto, sí... a estas horas aún andaba despierto. ¿Razones?

En primer lugar, me pasé el domingo demasiado dormilón (hasta me lo echaron en cara in writing!). Eso ha influido muchísimo en que me haya pasado la madrugada en vela.

En segundo lugar, me he pasado un par de días en puro retozo con mi nuevo móvil Sony Ericsson Z520a que "compré" con mis Fidepuntos y me salió en la astronómica cifra de 225 pesos. ¡Adoro Orange!

En tercer lugar, pues me entretuve jugando online tratando de poner un record en el Pepsi Bucket Launcher, un jueguito pendejonio de LaJodedera.net. La buena noticia es que rompí mi record y ahora estoy en primer lugar en ese juego (¡gran cosa, Chicho!).

Y finalmente, creo que estaba tratando de pensar en algo jevy para ponerlo en mi blog, ya que haciendo sumas y restas, me he dado cuenta de que este es el Pensamiento #100 que lanzo en mi Vertedero. No he logrado decidirme por nada en específico, así que aquí va este Impro de la madrugada.

El próximo sábado 13 de mayo es Luna Llena. Y es el cumpleaños número chorrocientos de mi madre. Y de Abel Acosta, un pana mío, pero ese tiene quién le cante y le brinque. Mi madre, en cambio, está lejos de mí (una vez más) porque acompaña a mi padre en Las Terrenas. Yo medio me he acostumbrado a pasar fechas importantes solo en casa, y el cumple de mi vieja es una de esas fechas en que por más manganzón que yo sea, me agradaría pasar con ella aunque sea haciéndole cosquillas en el pie derecho. Pero bueno, circunstancias con circunstancias y ahora mismo es mejor que ella acompañe a mi padre.

Pero será Luna Llena el próximo sábado. Espero estar en mejore$ condicione$ y pasar un tiempo más agradable ese día. Y tomar fotos del "amanecer lunar" que seguramente va a estar muy chévere. Mayo suele ser un mes medio lluvioso, pero en este año ha estado muy tiñoso de nubes. Ojalá se mantenga así al menos hasta el sábado.

Pasando a otras cosas sin importancia, el jueves 25 en horas de la tarde, si Dios lo permite y el piloto no mueve una palanca de esas que dicen "no tocar", estaré aterrizando en el Aeropuerto de Newark, Nueva Jersey. Desde octubre del 2002 no he viajado fuera del país (excepto por un viaje laboral que hice en enero del año pasado). En otras palabras, tengo casi cuatro años que no tomo vacaciones respirando otro aire que no sea el que entra por Higüey, así que tengo muchas ilusiones de que estos escasos diez días que estaré en la finca de George Bush serán sumamente agradables. Tengo un pequeño itinerario en el que mis amigas Noelia, Eira y Alicia, así como mis canchanchanes Winster y Heriberto (hasta ahora) jugarán papeles protagónicos.

Lo principal de mi viaje es que quiero comprar personalmente mi nuevo equipo fotográfico. Sí, sí, por supuesto que sí... ya sé que eso podría haberlo hecho por Internet, pero depoldió, es demasiado tiempo que tengo sin viajar, así que considero que este es un "lujo merecido".

Y pasando a algo que sí tiene mucha importancia, el pasado sábado estuve intentando que mi Vielkita empiece a montar bicicleta sin las rueditas. Vielka tiene cuatro años, la cual (considero yo) es una edad "avanzada" para todavía estar dependiendo de las rueditas laterales. El pasado mes de Enero los Reyes (yeah right) le regalaron a Vielka una estupenda bicicleta "de la Barbie" con sus famosas rueditas, pero todavía no he conseguido que mi heredera logre deshacerse de esos aditamentos. Es cierto que no hemos ido con demasiada frecuencia al Mirador para practicar, así que me estoy proponiendo darle un "intensivo" de bicicleta para procurar que ella venza el miedo a caerse.

A veces en las cosas más sencillas del mundo, logro ver una enseñanza. Y eso me pasa mucho con Vielka, lo mismo que podrá atestiguar todo aquél que tenga hijos. Mi Vielkita es sumamente temerosa y no es capaz de arriesgarse en casi nada que implique alejarse de su centro de gravedad o del punto de equilibrio. Y sin embargo, cuando vamos al Mirador con la bicicleta, ella protesta si ve que quito las rueditas, pero basta que le diga "yo estoy contigo, no te dejaré caer", para que ella acceda a intentarlo.

Me pregunto... ¿ella confía en mí? Si es así, lo aplaudo y lo agradezco. Eso me motiva a no fallarle nunca ni en este ni en ninguna otra cosa. Pero de repente me pregunto si es que ella más que confiar en mí, está dependiendo de mí... O sea, si yo no estoy, ¿ella no montaría la bicicleta porque depende de mí para hacerlo? En un momento de pausa, le pregunté a Vielka:

--Vielkita, ¿por qué tú siempre te niegas a montar bicicleta sin las rueditas, pero si te digo que voy a estar pendiente de ti, entonces te montas?

Piensa un momento y responde: --Porque cuando estoy contigo nunca me caigo, papi.

--Entonces, ¿si no estuviera yo, no montarías? --pregunto.

--...No...

--Pero debes aprender a hacer las cosas por ti misma, amor. Yo siempre voy a procurar ayudarte, pero en alguna ocasión quizás no pueda ayudarte. ¿Qué harás entonces?

--¡Le pongo las rueditas!

Y me reí. Una explicación sencilla. Infantil, por supuesto. Pero interesante al mismo tiempo.

Creo que yo voy a empezar a quitare las rueditas de la dependencia a algunos proyectos de mi vida, que probablemente por estar contando siempre con algunas cosas, que me proveían un no muy conveniente sentido de cómoda seguridad, he postergado hacer.

Por eso, con más razón, quiero ir a Nueva York a comprar esos equipos.

Bueh, una hora después que empecé, ya me dio sueño... ¡Así que a dormir!

06 mayo, 2006

Las mil manos del Buddah

Mi amigo Alejandro Redondo (Almanake) me envió este video que sencillamente me deja alucinado. Aparentemente toooooodas estas chinas tienen problemas auditivos, y son guiadas por dos (quizás más) coreógrafos a los lados del escenario.

No creo que haya algo más alucinante que esto. Véanlo completo, ¡esto es algo simplemente elevador del espíritu!

¿Ser o Parecer?

Amigos, me permito compartir este EXCELENTE texto que un amigo me envió. Les recomiendo mucho la lectura de este artículo.

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¿ Ser o parecer? (link)
Adriana Pedroza

Para un proyecto personal me he dedicado a entrevistar a personas de diferentes países, culturas y costumbres. Aunque aún no he podido escribir nada importante con la gran cantidad de material acumulado, un hecho -o mejor- una duda está haciendo ruido en mi mente. ¿Son las sociedades latinoamericanas demasiado estresantes?

A modo ilustrativo, podemos observar que a diferencia de sus pares nórdicas, las mujeres latinoamericanas dedican una gran parte de su tiempo a verse bien, pero no a sentirse bien. Mientras la hembra inglesa, rusa, noruega, alemana, etc., hace ejercicios por salud física y mental, la hembra latina se ejercita para "estar buena". Empero, a pesar de estar buena, la hembra latina es -con mucho- insegura, frágil y dependiente de la aprobación del macho. Parece estar bien, pero no lo está. Basta con que aparezca en escena otra que parezca mejor y se vienen al traste todos los artilugios femeninos para retener a un hombre. Se despierta la inseguridad, los celos, la desconfianza y se acaba la "fortaleza individual".

La hembra latina está estigmatizada por su trasero, y por su busto en la era moderna, real u operado, eso no importa. El cuerpo se convierte en un activo valioso y la capacidad de análisis, el sentido del humor, la inteligencia y el conocimiento han sido desdeñados como pasivos en las cuentas amorosas latinoamericanas. No obstante, la hembra latina -luego de atrapar al macho con sus encantos femeninos- se queja de ser objeto sexual y desea ser reconocida por algo más que su cuerpo. Vende sexo, atrae con sexo, pero luego quiere ser valorada por algo más que eso. Comienza el conflicto.

Resulta muy curioso enterarse que la frase "no hay hombres" es prácticamente inexistentes en las culturas nórdicas. Mientras que la hembra latina, constantemente, se queja de la falta de ellos. Eso lleva a una pregunta ¿qué espera de un hombre la mujer latinoamericana? Creo no equivocarme si afirmo que la respuesta es: "un hombre que la represente"; que más bien podría leerse como alguien a quien lucir en público. De ser así, el hombre se convierte en un adminículo que la mujer luce en sociedad: tiene dinero, tiene un buen auto, tiene un buen cargo en una buena empresa, tiene futuro. No importa si el hombre es -por sí mismo- bueno para el desarrollo de la mujer, lo importante es que -en sociedad- luzca bien.

Por su parte, el macho no busca una hembra que brille con luz propia, sino una a la cual él pueda lucir. He allí la razón por la que las mujeres invierten tanto tiempo en ser dignas de ser mostradas como presas propias de un gran cazador. El macho promedio latinoamericano no quiere a su lado una pareja que esté a su altura, busca una que sea menos en algún área de interés: económica, social, intelectual, etc. La hembra -por su parte- no busca una pareja que esté hombro a hombro con ella, busca uno que esté más arriba: económicamente, intelectualmente, laboralmente, etc. Las relaciones latinoamericanas están basadas en la desigualdad en aspectos básicos de la vida en pareja, por eso -cuando buscan al amante- terminan persiguiendo "eso" que no tiene el ser con quien se unieron. Linda explicación para los cachos latinos.

Lo más interesante de la cultura de lucir es que esta va mucho más allá de las citas, los noviazgos y los matrimonios. Lucir, aparentar, mostrar, es una forma de vivir del latinoamericano, lo cual resulta demasiado estresante y agotador. La clase media latina, muy al contrario de los nórdicos, son capaces de endeudarse hasta límites absurdos para mantener un estatus que sus ingresos no le permiten. La clase media latinoamericana gasta más de lo que puede para verse bien, para mostrarse a un mundo que aplaude la apariencia, para parecer antes que ser. Los pobres latinos! tienen sus propios códigos sociales. Para ellos no es importante el título universitario, pero tener unas cornetas enormes en la puerta del rancho resulta socialmente atractivo. Llegar al barrio con la mayonesa de marca, el detergente de marca o cualquier otro producto que se vea a través de las bolsas del supermercado, es socialmente importante. ¿Cuánto tiempo se pierde en la lucha por estar a la moda? ¿cuánto más en adoptar las conductas que permitan ser socialmente aceptados? ¿queda tiempo para ocuparse de asuntos trascendentales después de preocuparse por verse bien, por aparentar estar bien? ¿Cuánta gente se siente realmente bien en nuestras sociedades?

América Latina tiene problemas reales, pero el mayor problema es que su gente está demasiado ocupada en aparentar como para ocuparse de asuntos tan poco fashion como la participación política, la pobreza, la delincuencia, la educación, entre tantos otros. Claro está que estos asuntos, de golpe, se ponen de moda y todos están participando de a ratos, pero de nuevo, es sólo por apariencia, a nadie le preocupa realmente nada que no sea cool.

Otro dato curioso del que me enteré entrevistando gente, es que muchos salones de belleza venezolanos sobrevivieron a la crisis del año 2002 gracias a las marchas y las concentraciones, porque las mujeres venezolanas antes de ir a marchar, antes de recibir las dosis de gases lacrimógenos a los que nos acostumbró el régimen, iban a peinarse para verse bien, porque las marchas sucedieron a los cafés y a los bares como sitios de encuentro social. Nuestras sociedades, de seguir así, están completamente jodidas. Si pareciera que en el presente los jóvenes muestran un escalofriante desinterés en asuntos de gran trascendencia, en el futuro la situación va a ser con mucho peor a lo que vemos hoy.

No son los gobiernos, no son las empresas ni los políticos ni algún ente externo quien podrá salvarnos de ser una gran extensión de tierra poblada por idiotas, a quienes después de cientos de años le siguen cambiando espejitos por perlas y oro, quienes siguen comprando cualquier basura que esté de moda, llámese zapatos, ideologías, cultura, palabras o modos de vida. Sólo la voluntad individual podrá hacer de nuestros países verdaderas naciones independientes, sólo la voluntad individual podrá contagiar al colectivo la bacteria del ser, para combatir el virus de parecer.

04 mayo, 2006

Mi Top 5 de Cine Europeo

Siempre he adorado ver películas, máxime cuando son realmente buenas producciones, alejadas del mercantilismo que ha construido Hollywood. Y en esto, el cine europeo suele dar cátedras, con cintas que retratan con mucho más poesía y tanto menos recursos tecnológicos, las cosas verdaderamente maravillosas de nuestro mundo.

Hace poco se me metió en la mente volver a ver Le Fabuleaux Destin d'Amélie Poulain, una de las más interesantes películas del Viejo Mundo. Actualmente está rankeada como la #29 de todos los tiempos en IMDB con un puntaje de 8.5 (The Godfather encabeza la lista con 9.1).

Luego me puse a pensar en cuáles otras películas europeas me habían marcado, y así hice mi Top 5 de películas del Viejo Mundo.

Cinema Paradiso es la que más me ha cautivado. La vi en el cine cuando estuvo en cartelera a finales de los años 80, y luego la he visto chorrocientas veces. Y sigue siendo, sin dudas, una película que me conmueve. Es la historia del impacto del cine a lo largo de la historia de un pequeño pueblo, y de cómo una amistad puede trascender los años. Una verdadera obra de arte.

Luego viene Le Fabuleaux Destin d'Amélie Poulain, de la cual ya hablé. Amélie que vive en un mundo sencillo, donde las cosas ocurren al azar pero con motivos, y ver cómo ella asume el compromiso de cambiar el mundo cambiando ella y luego cambiando las circunstancias de los demás casi sin que lo noten.

En tercer lugar colocaría a Run Lola, Run (Lola Rennt). Una película alemana con un argumento muy sencillo, y sin embargo ejecutado de manera magistral. Todo lo que pasa es el resultado de circunstancias que parecen resultados del azar, pero no dejan de guardar relación con las inmediatamente anteriores, y la vida no es más que el hilo que entreteje un sinfín de eventos aislados, pero relacionados, que caen uno tras otro como las fichas del Dominó de un Dios determinista.

La sencillez de un cartero que se hace amigo de Pablo Neruda en el exilio, y que a través de la magia condensada de los versos del Poeta logra conquistar el amor de la mujer que deseaba, es el simple argumento de Il Postino, un canto de amistad y complicidad que me fascina ver cada vez.

Y mi lista de cinco mejores la completo con La Vita e Bella, la historia igualmente alegre como dolorosa del judío que enamoró a su Principessa con su buen humor y que con el mismo ingenio procuró esconder el horror de la Guerra de los ojos de su hijo, para conseguir que sobreviviera hasta el final.

Estas son cinco películas que dejan huella, que marcan y que emocionan. SI tienen la oportunidad, se las recomiendo de manera absoluta.

¡Bienvenidos al Vertedero!

Luego de vestir de negro mi Vertedero por dos días como sencillo homenaje a José Rafael Llenas Aybar, regreso al diseño usual. Y aproveché para añadir algunos links de blogs que leo con frecuencia. Así que bienvenidos sean los blogs de:
, , y mi adorable .

Yo como que he cogido muy en serio esto de tener un espacio personal. Dios mediante pronto voy a sacar los pies de Blogger para publicar mi propio website, ya con un formato más elaborado pero a más cómodo para yo publicar mis pensamientos.

No lo prometo para fecha alguna. Sólo es mi deseo por ahora. :)

02 mayo, 2006

De tres en tres

Leslie me pasó un blogwork, y es el de responder de tres en tres a un reguerete de cosas. Aquí vamos:
  1. Tres cosas que me asustan
    Fracasar (pero no me asusta suficiente como para no arriesgarme).
    Morir sin dejar encaminada a mi hija Vielka.
    Que se me obligue a estar sin Internet.
  2. Tres personas que me hacen reír
    Vielkita mi tesoro me hace reír.
    Me hacen reír Sarah y Sebastián.
    La trulla BBSiana me hace reír: Miguel, Raff, Angel, Heriberto, y Ashley cuando estaba con nosotros. En general, toda la cofradía BBSiana, que son los mejores amigos que me ha dado la vida. Sí, ya sé que son muchos.
  3. Tres cosas que me gustan
    Me gusta la fotografía.
    Me gusta la música no usual, especialmente la brasileña.
    Me gusta tener Internet sin fallas.
  4. Tres cosas que no me gustan
    No me gusta levantarme de la cama cuando sé que aún me quedan dos o tres buenos sueños.
    No me gusta cuando no entiendo algo que tooooooodo el mundo entiende.
    No me gusta el Spam y el Spyware.
  5. Tres cosas que no entiendo
    No entiendo a muchíiiiiiiiiiiiiiiiiisimas mujeres.
    No entiendo por qué hay tanta gente que ama el maldito chisme.
    No entiendo por qué Dios no me hizo rico en vez de buenmozo.
  6. Tres cosas en mi escritorio
    En mi escritorio hay muchos CD’s y algunos DVD’s.
    En mi escritorio hay un tipómetro.
    En mi escritorio hay... sí, bastante desorden de cosas que no deberían estar.
  7. Tres cosas que estoy haciendo en este momento
    En este momento, estoy escribiendo. Parece obvio, ¿no?
    En este momento me desayuno con mi infalible vaso de leche (aunque eso sólo lo hago en mi casa ya).
    En este momento escucho a Brian Culbertson, una recomendación de mi amiga Carolina.
  8. Tres cosas que quiero hacer antes de morir
    Antes de morir, quiero conocer todos los continentes del mundo.
    Antes de morir, quiero dejar un legado perdurable para mi país y mi familia.
    Antes de morir, o más bien, antes de que él muera, quiero ver a mi padre plenamente feliz y libre de todas las preocupaciones que habitan en su cabeza.
  9. Tres cosas que puedo hacer
    Puedo improvisar un buen discurso sobre casi cualquier cosa.
    Puedo ver ángulos que no son usuales.
    Puedo abstraerme y pensar fuera del cuadrado.
  10. Tres formas de describir mi personalidad
    Mi personalidad es solidaria, sincera y prudente (jamás seré chismoso).
  11. Tres cosas que no quiero tener que hacer
    No quiero tener que llevar dos ataúdes.
    No quiero tener que cerrar mis proyectos jamás.
    No quiero tener que depender de un salario jamás.
  12. Tres cosas que me gustaría aprender
    Me gustaría aprender a hacer vitrales o piezas en cerámica, usando tornos.
    Me gustaría aprender más trucos de fotografía.
    Me gustaría aprender a lanzarme de paracaídas y a bucear.
  13. Tres bebidas que consumo regularmente
    Regularmente bebo más de 12 vasos de agua al día.
    Regularmente bebo jugos naturales.
    Regularmente bebo whisky Dewar’s 12 años o Frangélico (en bebidas alcohólicas).
  14. Tres libros a recomendar
    El Principito.
    El Principito.
    El Principito. Quien no haya leído El Principito, debería pagar más impuestos.
  15. Tres pasatiempos favoritos
    Si son pasatiempos offline:
    Me gusta caminar descalzo en la playa La Bonita.
    Me gusta salir sin tiempo con mi cámara.
    Me gusta montar bicicleta, aunque tengo más de 10 años que no tengo una.
  16. Tres pecados
    El Tiramisú.
    Las galleticas El Chavo chiquitas con trozos de queso de hoja de Taveras (del de atrás).
    Los plátanos maduros al caldero.
  17. Tres logros
    Que Vielkita se sienta feliz de estar conmigo.
    Estar haciendo que despegue mi empresa, y estar planificando mi segunda empresa.
    Haber encontrado una mujer que no es sólo hermosa, que no es sólo maravillosa, sino que además es apoyo, es soporte, es compañera, es cómplice, es pareja... haber encontrado una joya, un diamante enorme.
  18. Tres aromas que disfruto
    El de la carne sazonada cuando es lanzada vilmente en un caldero caliente.
    El de la tierra recién llovida.
    El de las papeletas de 2mil acabadas de salir del horno.
  19. Cultivando tres cosas
    Responsabilidad (debo mejorar en esto).
    Empatía (saber ponerme en los zapatos de los demás).
    Paciencia (porque no todo llega cuando yo quiero).
  20. Buscando tres cosas
    Independencia financiera.
    Libertad de horarios para hacer y deshacer cuando me plazca.
    Un futuro con muchas más posibilidades que el que yo tuve para Vielka y mi familia.
  21. Amando tres cosas
    Los ojos verdes de Sarah.
    La satisfacción de no depender de un sueldo.
    La expresividad de mi cámara.
  22. Gobernando tres cosas
    Gobierno mi lengua. Nunca me verán chismeando de nadie.
    Gobierno mi oído. Nunca me verán escuchando un chisme.
    Gobierno mi PC. Esa marvada no puede contra mí.
  23. Apreciando tres cosas
    Aprecio la amistad de los que sí son mis amigos.
    Aprecio la paz de un hogar equilibrado.
    Aprecio el silencio de una madrugada.
  24. Admirando tres cosas
    La elegancia de una mujer que sabe cuidarse, y que se pasa media hora retocándose su perfecta belleza... aunque a veces yo diga que se tarda demasiado.
    La integridad de mi socio, que nunca busca el camino fácil en los análisis de datos.
    La maravilla de tener amigos por más de 12 años, y que nunca hayamos tenido chismes en medio.
  25. Excluyendo tres cosas
    El chisme.
    La envidia.
    La falta de solidaridad.
  26. Practicando tres cosas
    El buen humor en todo momento.
    La disposición de ayudar.
    El tener un ojo siempre buscando una buena fotografía.
  27. Combatiendo tres cosas
    El chisme en todas sus formas.
    El meterme en la vida de los demás.
    El que se metan en mi vida los demás.
  28. Conservando tres cosas
    La paz de un hogar.
    La esperanza de triunfar.
    El amor de quien me ama.

29 abril, 2006

Una infancia muy influenciada

La televisión y el cine siempre han sido mal vistos por ser medios que ejercen una grandísima influencia en las personas. Se cuenta que en los inicios de ambos medios, hasta la usaban como canal de publicidad subliminal. Y el adoctrinamiento audiovisual es algo que no ha cesado hoy día, y aún nos llegan las campanas gringas de que todo está bien porque así lo dice CNN.

Pero antes, las cosas eran más calmadas, más lentas. No había televisión por cable, los canales locales cerraban a las 10 de la noche y abrían como a las 10 de la mañana. Recuerdo que la triste vida de vampiro enamorado de Barnabás Collins era lo último que se veía en la TV antes de que el Himno Nacional diera paso al aguacero de estática o a las aburridas barras de colores.

Sin embargo, los niños de los años setenta sí éramos más influenciables. Hoy día, cualquier carajito ve en una sola película más efectos especiales, más magias y acrobacias que las que yo veía en todo un año. Basta ver en paralelo The Spy Who Loved Me (mi favorita de la serie James Bond) y luego ver Die Another Day para darse cuenta de las diferencias. Y aunque George Lucas siempre ha sido un mago, hay un abismo de 30 años de efectos especiales entre Star Wars y Phantom Menace.

A los niños de hoy día no les asombra ver a Harry Potter volando. Pero quienes vimos a Mary Poppins elevarse con su sombrilla, quedamos sencillamente asombrados.

Antes, creo yo, éramos muy influenciables. Algo que veíamos en la TV, lo considerábamos real. Debido a esa reconocida y nunca antes confesada capacidad de creerme las cosas, yo mismo no me burlaría de todos los estadounidenses que creyeron realmente que éramos invadidos por extraterrestres que marchaban al compás de la maravillosa voz e ingenio de Orson Wells, hace como sesenta años.

Hoy día, es difícil asombrar a nadie. Ya la magia no es tan fácil de conseguir. O por lo menos, las bocas abiertas y las mentes torcidas al procurar comprender cómo diablos podía volar Supermán. Hoy todo es fácil: Efectos de computadora.

No sé si alegrarme o entristecerme, pero realmente me provoca una poco importante preocupación el ver que estamos criando una generación que tendrá dificultades para asombrarse, y que tendrá que hacer grandes esfuerzos para sorprenderse de alguna cosa. Ah bueno, pero ese no es el tema que quería compartir.

Mientras leía mensajes de mis amigos, surgió el tema de las películas viejas. Ayer vi por primera vez 2001: A Space Odyssey, y comentaba que ahora entendía por qué esa película fue como The Matrix en 1968. Y aunque no diré que me gustó o que entendí plenamente esa cinta, reconozco que fue revolucionaria y audaz. Y me imagino cuánta gente fue influenciada por ella.

Como yo con Supermán. 1978 fue un año casi tan aburrido como 1977 y 1979. Sólo recuerdo que Balaguer lanzaba papeletas coloradas desde avionetas, las cuales se cambiarían por dinero si ganaba el torneo que ese año ganó Antonio Guzmán. Pero recuerdo que Supermán se estrenó aquí ese año (o a principios de 1979), y que fue la segunda vez que algo cinematográfico me produjo fiebre (un año antes, ya George Lucas había obligado a mi madre a disfrazar mi habitación con X-Wings, figuras de Darth Vader y Luke Skywalker con lightsabers de colores).

El efecto Supermán me hizo mirar al cielo, a las nubes. El hombre que puede volar. Sí, ombe, nada que ver con pajarerías ni deseos suprimidos de ser un Jaris Ramírez... No, la idea de volar y poder ver las cosas desde arriba, fue lo que me hizo corretear por los pasillos de mi casa con una toalla (de Supermán, por supuesto) y creerme indestructible. Esa falsa seguridad, ese deseo de demostrar que había encontrado el nirvana del ser humano, fue también el que me hizo trepar a la azotea de mi casa con mi infalible toalla roji-azul y una sábana con el Hombre de Acero, para probar mis poderes. Y sí, ni modo... descubrí que no puedo usar sábanas como paracaídas, aunque esté Supermán en ellas. Y de la pela ni Jor-El me iba a librar.

Y así jamás llegué a pensar que el Chapulín Colorado fuera fármaco-dependiente, pero lo veía cuando se tragaba unas pastillas blancas diminutas, que sacaba de un frasco también diminuto, y que al siguiente segundo, el mismo Chapulín se volvía diminuto, del tamaño de un ratón (vaya, eso no es tan meritorio considerando que Roberto Gómez Bolaños no era muy alto). Y me veían por todas partes con un frasco de Mejoral, simulando que eran pastillas de Chiquitolina, las cuales ingería como si fueran mentas de guardia. Nunca pude empequeñecerme (creo que de hecho las pastillas surtieron efecto contrario). Por suerte que no se me ocurrió robarme un frasco de pastillas de alcanfor o de matar cucarachas. Y sí, cuando mi madre se dio cuenta, me dio con el mismo Chipote Chillón que me compró cuando el Chapulín vino al Palacio de los Deportes. Pero sí me dolió.

Pero aún no era suficiente. Aún era demasiado crédulo e influenciable. Por eso, cuando un compañero del colegio, dos años mayor que yo, se volvió adicto a joderme, yo me refugiaba en algún rincón. Como carecía de amigos en el colegio (no fui muy sociable en esos años) todo lo que me quedaba era mi poder de enojarme mucho. Un día Renato me acorraló con algunos de sus amigos y yo con doce años y más imaginación que fuerza física, sólo atiné a apretar mis puños fortísimamente y cerrar mis ojos con toda la fuerza que pude reunir, al punto que veía las venas dibujarse y latir proyectadas en mis cerrados párpados. Pero no funcionó. No me transformé en Hulk, a pesar de que estaba muy enojado. No crecí, no me volví un gigante verde, no destrocé nunca mi t-shirt del San Judas Tadeo, así que al final, Renato y sus amigos sólo vieron en mí un chamaquito tan pendejo que apenas cerraba los ojos como si se estuviera cagando de miedo. Y no era así, no era miedo, sino que tenía que incojonarme mucho para pasar de David Banner a Hulk. Lamentablemente no tomé en cuenta el detalle de los rayos Gamma.

Y con todo, yo seguí creyendo. No sé cuántas personas recordarán haber visto a este flaco casi anoréxico andando por todas partes con un palo de escoba rojo, en cuyos extramos había colocado pedazos de tubo PVC blanco. Y como había aprendido uno o dos movimientos de los que hacía Monkey Magic, el protector de Tripitaka Buda, pues me sabía invencible y me daba pena cualquier persona que quisiera meterse conmigo. Hasta un día en que un carajo me desafió. No sé quién finalmente ganó la pelea, pero recuerdo en cámara lenta que haciendo un grito mezcla de David Carradine y Monkey, le rompí el palo de escoba... perdón, le rompí la estaca mágica en un costado a mi contrincante.

Caray... ¡la verdad es que uno se creía cada pendejada!

27 abril, 2006

¡A tu cuarto!

Quiero invitarlos a que lean este "ensayo sobre las relaciones madre-hijo" que escribió mi siempre magistral amiga Julissa Contín (Jewels Blue) y que compartió con mi grupo de los BBSianos hace un par de días. Adoro la capacidad descriptiva y narrativa de Jewels, y estoy hace tiempo animándola a que se una a la fiebre del "blogueo". Después de todo, Resistance is futile.

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Domingo 23 de abril, 2006
¡A tu cuarto!

Durante el almuerzo de hoy, Gabriel, como es costumbre, estaba buscando una forma de entretenerse mientras hacía el aparte diario para almorzar. Matt terminó primero que nuestro hijo y yo, se sentó más cerca del niño para darle la comida, en lo que él jugaba con el pie haciendo rodar el carro estacionado al lado de su silla, o con la mano simulando una araña, o, las menos de las veces, con su cuchara, comiendo.

Ya yo había terminado, cuando, conversando sobre una de mis películas favoritas de todos los tiempos, gesticulé de tal modo que volqué mi vaso de jugo sobre la mesa y su contenido rodó hacia el piso, encontrándose primero con la pierna derecha de Gabriel y el asiento de su vehículo, antes de regarse por el suelo.

Yo, muy apenada, empiezo a detener el derrame para que no le caiga más jugo al niño, y procedo a secarle su pie descalzo del jugo que, chorreando por su pierna, ya se acumulaba entre sus deditos. Mientras le repetía cuánto lo lamentaba y le decía que me disculpara, él no cesaba de preguntarme entre asombro y disgusto "Mira eso, Mami, ¿qué hiciste, Mami?".

Matt buscó un paño para secar el piso y trajo otro para que yo acabara de secar la mesa, (el yeso que tengo en la pierna me previene de caminar sobre cualquier superficie dudosa), cuando inesperadamente, Gabriel, como el que de repente recuerda algo por mucho tiempo olvidado, frunce su breve ceño al tiempo que esboza una media sonrisa, y clavándome una mirada en la que retozan una chispa de genialidad y un brillo malicioso, toma aliento de profundo triunfo el pequeño diablillo y me dice con voz firme: "¡Mami, a tu cuarto!".

Mi cara de pena fue suplantada por una de incredulidad, cuyos vestigios fueron rápidamente erosionados por una expresión de franco estupor: A pesar de mi lluvia de excusas, me habían mandado a mi cuarto, y no encontraba forma de gestionar el levantamiento del castigo, explicándole cómo el asunto iba al revés...Después de todo, él es el hijo...

-Pero, pero, no lo hice a propósito -balbuceo...
-¡A tu cuarto! -Me responde. Su decisión es inapelable, y la cuchara que sacude delante de mí señalándome el camino, se ve seriamente amenazadora.

Como por un resorte me pongo de pie, sin encontrar quórum para apelar mi sentencia, puesto que Matt, parado detrás de él, procuraba sostén del quicio de la puerta más próxima, para que la risa (medio contenida, para que el niño no se sintiera apoyado) no le llevara de bruces al piso. Me surca la pregunta por el pensamiento de cómo era que iba lo del "equipo" que formaban las parejas.

Yo aún reacciono aturdida, como el que ha recibido un culatazo en plena cara, pero voy caminando a cojas a cumplir mi condena, y me escondo en el pasillo que lleva a las habitaciones, porque claro, me niego a irme "a mi cuarto", aunque entiendo su motivación de creer que me corresponde destierro. A él lo han castigado por razones similares, claro, no por el accidente en sí, sino por el espíritu con el que se cometió el hecho.

Eso se lo explicaría más tarde.

Disimulada por la pared, trato de establecer contacto verbal con el otro adulto, al menos en edad, que comparte conmigo la educación de este pícaro, sólo para ser interrumpida por una reiteración quizás aún más potente que las anteriores "¡Mami, a tu cuarto!", en la misma voz infantil.

Ya llegó muy lejos. Creo que ya entendí el mensaje, pienso. Vuelvo a retomar mi posición de educadora y guía del pequeño militar. Salgo de mi escondite y ahora me mira desafiante, quizás porque sabe que no va a lograr más nada que esa efímera desaparición mía de su escena victoriosa, pero dispuesto a seguir intentándolo: "Mira jugo en el piso, Mami ¡A tu cuarto!". Ya Matt parecía haber recobrado parte de su cordura (hay una parte que posiblemente nunca sepamos dónde está), y le dice a Gabriel que ya basta del acto.

Sí, soy la madre, admito cualquier error, pero aún equivocada no dejo de ser la madre. Vuelvo a sentarme junto a mi hijo, que todavía persiste en reclamarme mi torpeza, mirándome con seriedad y una pizca de aparente enojo, sin poder simular su disfrute de lo cómico que le resulta todo el asunto.

Aprendió rápido el rol del rectificador.

Todos de nuevo en nuestros papeles cotidianos, le explico que lo sucedido fue un accidente, en nada parecido a cuando una persona no quiere observar ciertas reglas de conducta y que, atendiendo a un ánimo rebelde, recurre a acciones calculadas de desobediencia, lo cual sí amerita castigo. Por ende, en este caso, una disculpa debía ser suficiente.

Él lo entiende así, de hecho SIEMPRE lo entendió así, pero parece que en el momento mágico de poder, no resistió la oportunidad de disciplinar a la distraída de su madre.

Decidió, entonces reducir mi multa a simplemente terminar de limpiar su vehículo mojado, mientras él procedía a señalar con irritante precisión cada uno de los lugares en los que el jugo derramado había dejado rastro.

Me inspira a la reflexión. Después de todo, yo soy su ejemplo, su objeto de observación constante, y fui yo quien le enseñó en qué momento y de qué forma se debe aplicar una sanción.

Los niños son tan simples, tan ocupados en el blanco y el negro, tan carentes de todo gris y ángulos difusos, que por lo general son exactos en sus juicios. Por eso me parece que cuando los niños aprenden algo, lo aprenden plenamente y sus conceptos son tan limpiamente definidos, que vale la pena escucharlos cuando hacen un análisis de algo que les apura su entendimiento, y por eso es tan enorme la responsabilidad de los padres de orientar esos conceptos que se van formando en los hijos, de modo que, mostrándole los tonos grises de las interacciones humanas, logren integrar a sus observaciones sobre su entorno, el discernimiento y la compasión.

¿Por qué había él de perdonar el error? Fue un derrame desastroso que provocó mi descuido, y conllevaba castigo. Ese debió ser su razonamiento.

Le tomó unos segundos arribar, pero finalmente fue de la conclusión de que si a él le pasaba eso y era reprendido, entonces a cualquiera que le pasara debía ser reducible a los mismos cargos y subsiguiente condena.

Después de todo, él se comió toda su comida, sin derramar nada. Para variar, él estaba libre de toda culpa.

Sin saberlo, él me mostró lo que ha estado aprendiendo, cómo han ido madurando sus reflexiones, y al mismo tiempo me dio una oportunidad de oro para "ajustar" un poco sus ideas, ayudándole a comprender un poco más la diferencia entre las ocasiones en las que se le había enviado a su cuarto a meditar sobre alguna fechoría cometida, y las veces en las que sólo se le aconsejaba o se le aceptaba una disculpa.

Sólo se aprende con la reiteración, y si la enseñanza de la acción materna o paterna tomada con el niño en determinado momento, no sobrevive la luz de un nuevo amanecer, entonces hay que esperar la oportunidad de reforzarla. Esta fue esa oportunidad.

Siento que, pasado el momento, obtuve el perdón de Gabriel por el accidente del cuál fueron él y su coche, agraviados.

Al final, su sentido del humor, que percibo muy agudo para sus tres otoños, le ganó la oportunidad de escarmentar a su madre, y ahora, restablecido el orden de este pequeño universo familiar, no me cabe duda que mucho tiempo después aún nos estaremos riendo de lo ocurrido, saboreando las lecciones que a veces se ocultan bajo el manto misterioso del ingenio.

Julissa Contín ©2006

26 abril, 2006

Entrevista con el Taxista

Excelente cortometraje. :)